Es una anomalía congénita que aparece en los niños. Consiste en que la uretra se coloca en la parte inferior del pene. Lo normal es que esté situada en el interior del pene y llegue al final del mismo, si bien cuando hay hipospadias puede ocurrir que llegue al final del pene o termine en cualquier parte de su trayecto, lo cual va a provocar que el hipospadias tenga o no trascendencia patológica.
La causa no se conoce, es una anomalia de tipo congénito. Al nacer el niño y revisarle el pene es cuando se realiza el diagnóstico al ver que la uretra transcurre por la parte inferior del pene.
Dependiendo de la longitud que tenga la uretra variará el pronóstico del hipospadias. Asi, si la uretra alcanza el final del pene normalmente no hay ninguna alteración fisiológica y no tendrá ninguna patología asociada al hipospadias.
Si por el contrario la uretra es muy corta, no llega al final del pene o incluso está a nivel de la unión escroto-peneana entonces provoca unas alteraciones como:
- Al orinar el chorro irá hacia abajo siendo además muy desigual.
- Si llegan a una edad mas adulta, tendrán que orinar sentados.
- Tienden a tener infecciones de orina con frecuencia.
- Problemas de erección al curvarse el pene.
Cuando se encuentra un hipospadias hay que valorar la situación y actuar en consecuencia. Si la uretra es corta hay que prevenir la infección. No se debe practicar la circuncisión en estos casos, el prepucio (pellejo que cubre el pene), servirá después para reparar la uretra.
Antes de los dos años se aconseja que se opere a estos niños haciendo una reconstrucción de la uretra alargándola hasta el final del pene.